Pensar que antes la Navidad la esperaba con ansias. Faltaba una semana y me re entusiasmaba, hacía tarjetitas, centros de mesa, de todo. Me generaba mucha felicidad todo el tema preparativos, arreglar la mesa, y demás. Me acuerdo que la pasaba muy bien. Ahora, la verdad, me da exactamente igual. Es una reunión más en familia.  Me resulta triste sentirlo así, aunque siempre, es como que al momento de brindar, y de decir "feliz navidad" o "feliz año nuevo", de los abrazos, te das cuenta de la gente con la que estás alrededor, y te sentís afortunado, por mas que esas personas, que hacían también que festejar estas fechas valiera la pena, no estén. Supongo que algún día voy a recuperar ese entusiasmo por las fiestas. Me encantaría.